miércoles, 26 de enero de 2011

Resulta recurrente pensar en la soledad, a veces o casi siempre me siento mejor así, solo. Dudo la mayor parte del tiempo en querer soportar y ayudar en los problemas de alguien mas durante mi vida, siendo que yo trato de no aturdir a la gente con los mios.
Me cuesta trabajo entender las necesidades y querencias de otros, así como sus actitudes y reacciones que para la mayoría del tiempo siento que son exageraciones, por mi propia forma de ver las cosas; siempre todo tiene una solución y llegará o la buscaré y ya, no hay porqué alarmarse.
Es tiempo quizá de buscar una casa alejada de la urbe, donde la sociedad no pueda alcanzarme, donde mis sentimientos por alguien no me encuentren y pueda estar infelizmente solo.

martes, 4 de enero de 2011

El amor de mesa.

Cuando se pasa el tiempo con un juego de mesa, uno espera jugar mejor que el otro, poder apostar mas fuerte por estar seguro de tener un buen montón de cartas o fichas y ganar. Cuando uno le entra al juego del amor, uno espera ganar sintiéndose mejor por ejemplo y entre muchas otras cosas. Uno piensa en dar mucho y a lo mejor todo, conforme le vayan sorteando las circunstancias. Pero ¿y si el otro esta bloffeando y la mano que tiene es una patraña haciéndole apostar mucho o todo? ¿Y si el otro le hace pensar que tiene un gran juego, lo suficientemente bien como para hacerlo apostar poco o nada?  Entonces ya están todas las apuestas en la mesa, nada se quita, nada se agrega, se ha dicho la última palabra y ya hay un ganador y un perdedor, sin que sepan quienes de los que están en la mesa son; se abren las cartas, mano a mano una vence a otra, otra vence a una y al final sólo hay una buena, la que se jugó mejor que todas. Esa gana y se lleva todo, los otros pierden y alguno ya no tiene nada.
Hay juegos que permiten al otro adelantarse a lo que el contrario hará. El ajedrez por ejemplo, puede dar una idea con ciertas subjetividades pero en general clara, movimiento a movimiento de lo que el otro pretende, todas las piezas están en la mesa y uno tiene que medir todos los pasos posibles que el otro pueda dar, de ahí quizá que no sea un juego de apuestas, sino mas bien como de reto racional.
Y en el amor no se pueden ver las piezas de la mesa, ni las cartas en las manos claramente, como jugar a ciegas, a las palabras y gestos actuados o sinceros del otro, a menos que uno busque esas piezas y se quiera topar con que tiene un juego en el que ya perdió desde hace tiempo, provocando así la idea de mejor abandonar el partido antes de quedar desfalcado o simplemente no perder tiempo útil para algo de réditos superiores.
Auspiciado y excusado probablemente por el dicho de "en la guerra y en el amor todo se vale", alguien ha usado alguna vez un soplón que le ayude a ganar un juego de amor, o al menos, a saber cuando ha perdido para retirarse sin pena ni gloria. Ayer y hoy yo conocí a mi soplón....

martes, 28 de diciembre de 2010

Idealizar

Estoy inseguro si esto realmente ha tenido un éxito o si al menos eso le augura en el futuro. Me la paso idealizando y creando a personas distintas a lo que son sus humanidades. Choco de frente y me siento incierto del futuro, tal cual es y debe ser, pero la tendencia crece hacia una catástrofe y es ahora la maraña de recuerdos y de esperanzas y expectativas lo que me detiene de echarme para atrás o cambiar el rumbo. Quizá es como dice y yo soy el que se esta haciendo tonto en mundos alternos donde todo es mejor porque no es tan malo. Estoy jugando a no se que y es desgastante.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Sigo sin entender...

De nuevo, esto tiende a hacerse repetitivo y constante, mi hartazgo sale a flote, no encuentro algo que me retome al lugar donde estaba tan tranquilo y bien; quizá nunca estuve ahí. Y la conversación se hace tediosa, monótona, silenciosa, eterna, horrible, irrecuperable, tan volátil como el agua misma...
La condición del contexto adecua o facilita la adaptación de los personajes que en él están y no es que lo culpe de lo que pasa, pero podría culparlo de hacer darme cuenta de lo que ocurre.
Hoy como otras muchas noches, no quiero seguir este andar...

jueves, 4 de noviembre de 2010

Y ora'?

Es momento para una pregunta autorreflexiva llena de un sentido filosófico y existencial innecesario, pero que suena bonito, pero quien no se ha preguntado por la razón que sea ¿qué (chingados) hago aquí? que luego se olvida y seguirá ahí, sea lo que sea, donde sea o por la razón que sea...

De vuelta...

Ya tenía rato que no escribía en un blog y a pesar de ello no me siento muy oxidado, creo que se había quedado en documentos perdidos de word y notas en mis cuadernos que nunca salieron y muchas que nunca saldrán de ahí: sólo diría que es retomar la forma electrónica, sin olvidar claro las ideas revoloteando en la cabeza que no tienen sentido alguno, pero prometen, en fin, hoy me decidí.